Artritis y artrosis consisten en la hinchazón y la sensibilidad de una o más de las articulaciones. Los principales síntomas de la artritis son dolor y rigidez de las articulaciones, que suelen empeorar con la edad. Los tipos más frecuentes de artritis son la artrosis y la artritis reumatoide.
Analgésicos: Estos medicamentos ayudan a reducir el dolor, pero no tienen ningún efecto sobre la inflamación.
Contrairritantes. Algunas variedades de cremas y ungüentos contienen mentol o capsaicina, el componente de los pimientos picantes. Frotar estas preparaciones en la piel sobre la articulación que duele podría interferir en la transmisión de las señales de dolor de la articulación.
Terapia: La fisioterapia puede ser útil para algunos tipos de artritis. Los ejercicios pueden mejorar la amplitud de movimiento y fortalecer los músculos que rodean las articulaciones. En algunos casos, puede justificarse el uso de una férula o de dispositivos de inmovilización.
Cirugía: Si las medidas conservadoras no sirven, el médico puede sugerir una cirugía, como:
Reparación articular: En algunos casos, las superficies articulares pueden repararse o alinearse para reducir el dolor y mejorar la función. Estos tipos de procedimientos suelen realizarse de manera artroscópica, a través de pequeñas incisiones en la articulación.
Reemplazo articular: Este procedimiento consiste en extraer la articulación dañada y sustituirla por una artificial. Las articulaciones que se reemplazan con mayor frecuencia son las de caderas y las de rodillas.
Fusión de la articulación. Este procedimiento se utiliza más a menudo para las articulaciones más pequeñas, como las de la muñeca, el tobillo y los dedos. Se quitan los extremos de los dos huesos en la articulación y luego se fijan los extremos juntos hasta que se curan y forman una unidad rígida.
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